Había una vez…

…unos personajes en forma de emociones que se escaparon de las páginas de un libro y terminaron viviendo en el interior de cada uno de nosotros: chiquitos y grandes. 

¿De quién creen que se trata?¡Tan explosivo! Es genial emocionarnos y experimentar miedo, rabia, tristeza, alegría, vergüenza y calma…

Lo que tenemos que aprender todos es a programarnos para que las emociones no estén siempre sueltas, dando vueltas por nuestro corazón, de forma desordenada…

 

Reconocerlas, definirlas, acomodarlas a cada situación que nos  toca vivir…Darnos cuenta que todo el tiempo estamos sintiendo,¿mucho, poquito? de eso se trata..

De sentir, de reconocer, de aceptar, de controlarnos, de expresarnos sin herir, de darnos cuenta que todos sentimos miedo alguna vez, vergüenza por algo…

…En este blog pueden ver cómo sigue esta historia fantástica entre monstruos, niños y robot,¡sí!¡leyeron bien!¡robots! porque a ellos también los programamos, igual que a una alarma, a un horno y a una lavadora y ellos nos van a ayudar mucho a regular nuestras emociones, a reconocerlas en los gestos, en las miradas…

¿Quién dijo que las emociones y los robots no pueden caminar de la mano?

Nosotras, les aseguramos que sí…¿quieren comprobarlo?

Pero mantengan «la calma«, porque el aprendizaje es un camino largo y antes de llegar a verlos en acción, debemos prepararnos bien…cada uno a su ritmo, cada clase a su nivel, cada grupo según sus tiempos..así que abróchense los cinturones y naveguen «despacio»por las páginas de este blog, miren cómo trabajamos… que ya tendremos tiempo de disfrutar juntos de un

«Spa de las emociones»

Virginia, Leticia, Bea y Paula

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